Lo publicaba el Ara y después, La Vanguardia: «La SER prescinde de Gemma Nierga». [Y sin ella, queda por saber qué pasará con el equipo que siempre la ha acompañado.] Dice la noticia:
«La periodista dejará de presentar el magazín matinal Hoy por hoy, líder de la radio española, después de que la emisora le comunicara que no renovará su contrato, que vence el próximo mes de julio.»
Y no son conjeturas... es una noticia cierta 100%.
No sé muy bien qué decir. Así que voy a contar un poco mi experiencia como oyente de Gemma desde que era un crío. Vosotros, si queréis, en los comentarios, hacéis lo mismo.
Gemma apareció en mi radio después del verano en que de chavalín descubrí el «Si Amanece...» (y por tanto, la radio con mayúsculas). Un programa de llamadas telefónicas... tan simple... Pero en el que la personalidad de la persona que escucha (es decir, la presentadora) lo cambia todo. Aún recuerdo cómo era aquel programa en el que era divertido picantonear en antena, asombrarse porque un guardia civil estaba enamorado de otro, o porque una chavala no sabía si contarle que le había puesto los cuernos al novio. Eran geniales esos pasos que hacía con De la Morena, en plan cachondeo... Escuchaba a escondidas desde la cama, encerrado, ese preludio de «La Traviata» que indicaba que me costaría despertarme al día siguiente... Es que vaya historias... Desde alguien que se quería suicidar, a alguien que decía que iba a esparcir el SIDA por toda Galicia...
Y cientos de historias del día a día que tanto nos enganchaban a todos mis amigos y vecinas. Porque al día siguiente, ya fuera al abrir la puerta de casa o justo cuando bajábamos a jugar al fútbol, lo primero que hacíamos era comentar esas historias. «¿Escuchaste el tío ese que decía que espiaba a su compañera de trabajo? ¡Qué fuerte!» Me compré el libro. Dos tercios de la audiencia de madrugada eran de Gemma.
Así que cuando Sardá se fue a Telecinco, [o medio se fue, porque en los primeros meses seguía yendo para hacer de Casamajor algún día], le encomendaron a una joven Gemma de 31 años hacerse cargo de las tardes de la SER. [Ahora es cuando me doy cuenta de que si el primer año y medio de escucha me sale en un párrafo... más vale que vaya aligerando.]
El radiochip de hoy lleva guardado 20 añitos. Verano de 1997. En «La Ventana del Verano» gastaron una broma a Gemma en la que Manuel Acedo se hacía pasar por Leonor Alazraki, la tarotista de la cadena. Un radiochip de hace 20 años, radiochip «atronador»:
Al final hubo éxito, tuvo 2 hijos —aunque no mellizos—, le dieron un el gran premio (el Ondas)... Y mira, al final la vidente de mentira le acertó.
Lo de «la bola de cristal» lo hacía José Martí Gómez (ubicuo aquel primer año), y hablaron ya de la tertulia de niños. que efectivamente fue un exitazo. Y habló de aquel vals que dio la salida al nuevo programa. Ese programa que se vino abajo por aquello de Lady Di.
El primer año... bueno... Colaboradores heredados (Cansado, Rosa Villacastín...), un programa por conformar con gente nueva (David Picó, Pino en plan entretenimiento... Pero después todo fue tomando forma y apareció ese programa espontáneo, de risas, buen rollo, positividad, curiosidad... y cierta ingenuidad ante los temas. Que echaran a Julia de Onda Cero le abrió la posibilidad de captar colaboradores (Delgado, Juan Carlos Ortega...), y junto con un panorama radiofónico partido en dos (la SER y el resto), me metía«La Ventana» por vena. Y visto el EGM, casi no había vida más allá. No podía perderme aquellos «piscolabis», concursos patilleros, entrevistas en las que pasó casi de todo... No había rival en mi radio.
Bueno, ahora es cuando me doy cuenta de que no soy capaz de hacer un resumen y que tengo tantos «gemmochips» que tampoco me da la vida enlazando entradas del blog. En realidad me apetece hablar de cuando con 18 años fui a ver el programa en directo desde Zaragoza, y a medida que terminaba de hacer la fila para un autógrafo después del programa el corazón me iba a mil... Así de fan.
El programa era un éxito. Gemma estaba instalada tranquilamente dentro de un programa que funcionaba. Tanto funcionaba, y durante tantos años, que llegó un momento en el que casi se quedó inmóvil y estancada en el éxito. [Igual que ahora le está pasando a Julia... que cambia alguna pieza, pero no sorprende.] Llegó el momento de que le cambiaran a las mañanas. Un cambio entendible, al fin y al cabo.
El primer año de nuevo... Bueno... Francino hizo las mañanas por las tardes y Gemma hizo las tardes por las mañanas. Al año siguiente se despidió de buena parte de su propio universo de colaboradores. Cambió el programa. Pasó de ser la Gemma de siempre a ofrecer un programa «de afectados por la crisis y sólo para los más sufridores de la crisis». Dejé de escuchar a Gemma. Si los oyentes llamaban en los 90 para decir que escuchaban a Gemma por su risa... ¿Cómo es que ofrecía tristeza su programa? Abandoné. Completamente.
De un tiempo a esta parte he vuelto a ser claramente «de Gemma». En parte, porque la competencia... bueno... Todos quieren hacer lo de Herrera sin serlo y en el «Hoy por Hoy» hay contenidos más variados y entretenidos. Para que lo entendáis fácilmente... Gemma es como este rato en que llamó Manolo. Gente hablando, risas, un guión... y que todo pase de repente a un segundo lugar porque ha encontrado un tema. O la llamada a Broncano del otro día. Esa habilidad para cambiar de tema en directo. Es el clima que crea en antena.
Y sí... Quizá todos tenemos un momento, y quizá es imposible recolocar a las estrellas en otro sitio que no sea en el cielo. Quizá hable más el corazón que la razón cuando no nos entra en la cabeza que Gemma no esté en la SER la temporada que viene. Demasiados años de oyente como para no sentir que nos afecta. Demasiados años también para no tener una versión más o menos crítica de todas las etapas en más de 20 años de escucha. ¿Podemos ser objetivos para admitir que igual el programa de Gemma no molaba tanto como lo que ofrecía antes? ¿Podemos ser tan duros como para que no sintamos que nos arrebatan una voz que nos une a la radio?
Ahora sois vosotros los que diréis si la escucháis, si dejasteis de hacerlo, si creéis que esto os mata un poco como oyentes o que nos tenemos que hacer a la idea de que todo cambia y no podemos aferrarnos a tiempos pasados... De todas maneras, espero que pronto encuentre destino. ¿Qué hago yo sin nutrir el blog de nuevos «gemmochips»? No tiene sentido.