Pues la noticia de ayer en la radio —habrá que seguir aplazando el final de lo del EGM— es que Podemos ha decidido que Íñigo Errejón no continúe de habitual en la «mesa política» del «Hora 25».
En la SER lo encuadraban como noticia política y titulaban: «Podemos impide a Íñigo Errejón participar en la tertulia de 'Hora 25'». La SER lleva invitando a Errejón a su tertulia de política de los lunes desde antes de que fueran un grupo parlamentario. Desde Podemos se dice que es una mera cuestión de rotaciones y que mejor que fuera Irene Montero, que además así feminizaban las voz del partido. Y de paso, dicen que todo esto que dicen desde la SER es una revancha por haber metido a Cebrián en el «Tramabús».
Es curioso... La SER puede decidir si tal colaborador está o no en antena, y si deja de colaborar Escolar o Berlín es un atentado gravísimo contra la libertad de expresión jamás visto, pero que un partido que se dice libérrimo, moderno y plural no quiera que un político propio vaya a una tertulia radiofónica de manera habitual es «rotación lógica».
Entonces yo me pregunto hasta qué punto un político puede ser contertulio habitual de un programa. Yo quiero saber si la participación de los políticos son a título personal o si están siempre enmarcados en una portavocía del partido. Es decir: Cuando un político habla en una tertulia... ¿Expresa su opinión o la del partido? ¿A quién representa? ¿Existe la posibilidad de «disociar persona y filiación política»? Porque tengo claro que es imposible que opinión personal y del partido coincidan siempre. Es estadísticamente imposible.
Opción 1: Que los políticos siempre estén únicamente representando a sus partidos y sus opiniones oficiales.
Entonces me da igual Errejón que Irene Montero. Total... Qué más da. Es lo mismo. La SER no debería quejarse, porque total... «el material» es el mismo. Es más... Serían los partidos los que, como si un debate electoral de antes de las elecciones se tratara, elegirían puntualmente quién va a este tipo de tertulias, o debates, o como le quieran llamar. La radio nada tendría que decir. Ya de paso, que los votantes eligiéramos a los representantes que van a ir a los medios, ¿no? Y me pregunto dónde quedaría el criterio de los de la radio para confeccionar sus programas. Total...
Opción 2: Que los políticos se representen a sí mismos y sus opiniones sean libres.
Entonces ya no da igual Errejón que Montero. ¿Por qué una radio no podría elegir a qué políticos invitan, igual que hace con sus colaboradores y el resto del personal? El «material» es distinto dependiendo de la persona, por tanto. Pero claro... si alguien puede diferir de la línea teórica de un partido en algún sentido, ya es un verso libre que «hace campaña publicitaria propia aprovechándose de las siglas del partido al que dice representar». Y aquí viene el lío. Que a ver... en lo fundamental uno está de acuerdo con el partido en el que está. Que no todo es tan punky. Pero... ¿Dónde queda el pluralismo de los partidos que tanto reivindican y publicitan? Me da la sensación de que el pluralismo en un partido es inversamente proporcional al pluralismo publicitado ante sus electores.
Así pues: ¿Invitado semanal del «Hora 25» o portavoz que amablemente cede y elige Podemos durante un rato para que puedan hacer su tertulia?
No tengo muy claro que los políticos sirvan de verdaderos contertulios políticos. ¿Vosotros? Pero esto era una tertulia de políticos y diferente a la típica tertulia de radio con periodistas y opinadores. Esto era (sigue siendo) una cosa distinta. La «mesa política» de los lunes del «Hora 25» no es la típica tertulia de comentar la actualidad. Es una tertulia de confrontar ideas entre políticos de distintos partidos.
No tengo nada claro que los políticos que van a un programa los tenga que elegir un partido. Si un programa quiere a Pepito... ¿Por qué no va a ir Pepito? ¿No son radios libres en un país libre?
No tengo muy claro que los políticos puedan saltarse a la torera que su partido les prohíba (o recomiende, o lo que sea) ir a un programa. Pero si piensan que tal miembro de su partido no debe ir (¿en representación del mismo?) por la razón que sea... ¿Qué pinta en el partido?
¿Quién debe elegir a los contertulios de una tertulia política? ¿La radio o los políticos? ¿Se invita a los partidos o a las personas? ¿Alguien lo tiene verdaderamente claro? Si preguntáramos a Podemos, está claro que ellos piensan que son los partidos los que tienen que decidir. Si preguntáramos a la SER, está claro que ellos piensan que son ellos los que tienen que elegir. Así pues, antes de echarse los trastos a la cabeza, yo quiero que me respondan a esa escueta pregunta:
¿Quién debe decidir qué políticos van a una tertulia radiofónica?
Pues debería ser la radio la que elige. Y una radio en un país libre no debería aceptar las imposiciones de los partidos políticos. Lo de que Irene Montero exigiera ir al «Hora 25» (o su partido) me parece muy loco, y publicitar en las redes que les han censurado, victimismo de mercadillo. Muy loco, muy loco. El vídeo que grabaron ayer en las puertas del Reina Sofía fue una verdadera fantasía de color que pasará a los anales de anécdotas más tronadas que circundan a la radio.
¿Y el radiochip de hoy? Pues... A ver... Estaba cantado. Errejón fue al programa 35 de esta temporada de «La Vida Moderna». ¿Hace falta decir algo más? Tenéis que poner el cursor en el minuto 18 de este radiochip errejónico:
No le chupó el pezón Ignatius por estar aforado... Pero si llega a ser un jovencito un poco más confuso, cae. «Tener a Ignatius al lado no es como tener a Àngels Barceló» le decía Broncano. Eso sí... en ambos programas ha ido invitado amablemente, y nadie impuso su participación.