Lo de que la radio tenga un día en el calendario (el día 13 en este caso) es una cosa que me da un poco de rabia. Hay días internacionales de un montón de cosas. Que si día de colectivos históricamente desfavorecidos, días de enfermedades, días de concienciación de cosas que -por definición- nos importan tres pepinos... Si nos importaran un huevo, no harían falta "días de", ¿no?
Aunque me dé mucha rabia la existencia de un día de la radio -cosa que jamás pasa por el blog, además, porque aquí todos los días son el día de la radio- habrá que hablar de cómo se celebra este día en la radio. Yo sería partidario de no hacer nada. Los homenajes radiofónicos a sí misma suelen terminar siendo una mirada al pasado remoto; el relacionar radio con abuelos moribundos, aparatos inasibles, ruletas de difícil sintonización, una sensación horrible del "poníamos la radio porque no había tele" y peor aún... Un hablar del futuro de la radio como:
a) Algo incierto
b) Algo que tiene que desaparecer
c) Una suerte de cosa rara internetera hecha a medida con flipaciones tremendas que ríete tú de "Regreso al Futuro"
Han pasado los años, y la gente sigue yendo al fútbol aunque los partidos los echen por la tele. Incluso si los echan por la radio. Hace muchos, muchos años... Prohibían poner las retransmisiones de radio por los altavoces, no fuera que la gente dejara de ir a los campos.
No dejó de haber periódicos porque la información pasara por la radio. La tele no mató a la radio. El vídeo no ha matado al cine. Youtube no ha matado a la tele. Y
toda la radio iba a ser digital desde 2003. Ya. Claro.
Todo convive. Todos ceden parte de su mercado para dejar paso al resto. Una cosa es que ahora la tele y la radio compartan su mercado con internet y mil entretenimientos más -¡que la tele también compite con el uso de videojuegos por nuestro tiempo!- y otra cosa es que todos estén obsesionados con una especie de apocalipsis que no llega. Profetas de "La Vida de Brian" a cholón.
Así que de todos homenajes -autohomenajes- que se hace la radio a sí misma, yo me quedo con la celebración que hace desde hace pocos años RAC1. Celebran la radio haciendo radio. Como trayendo la radio del pasado al presente. Evidenciando lo bueno -y lo malo- de la radio antigua, y también dejando a las claras que la radio que se hace hoy es, en muchos casos, igual o mejor.
¿Qué han hecho este año? Pues traían a gente de radio de toda la vida -en su mayoría premios Ondas- y les ponían a presentar los programas de la cadena. Cada hora, uno. Estuvo Évole haciendo la primera hora del "Versió...", estuvo Bassas en "El Món...", estuvo Cuní en "La Competència"... Y de todas las horas os voy a dejar una en concreto. La de Sardá y Juan Carlos Ortega en la segunda hora del "Versió RAC1". Radiochip racunero:
Estuvo gente de la radio también colaborando. "De la radio" significa "que no suelen hablar delante de un micro". Y se creó durante todo el día la sensación de que "todos son esa radio". Una especie de fiesta en la que te tenían atrapado durante todo el día porque no sabías qué narices iba a pasar ni quién iba a aparecer en cada hora.
Sardá empezó haciendo de Casamajor, obviamente. Y ahí, con él, Juan Carlos Ortega. Todo tan "ventanero"... ¡Ay, los recuerdos! ¡Era yo tan crío! Y uno notaba que la "escuela catalana de radio" seguía ahí. Sardá estaba en el programa de ése que le hacía las imitaciones. E imitando había gente que he escuchado tanto en la radio como en el teatro (¡ay, Judit, diabla!) Y me quedé pensando: "¿Por qué Sardá no se pone a trabajar de verdad y se pone a hacer programas de radio?" Y con Juan Carlos Ortega. ¿Qué más se puede pedir? Un doble Whopper, y ya. Escuchaos el radiochip porque... hablaron con Pablo Iglesias, Javier Trias...
Radio antigua... y radio nueva. La radio del pasado pasa filtrada por la radio del presente. Me gusta el concepto de reinvindicar la radio sin recordar nada... Me mola el concepto de recordar el pasado de la radio haciendo nueva radio, y jugando a que nos tengan todo el día pegado al aparato. Nada de autocomplacencia, recuerdos que a lo mejor no aportan mucho... Simplemente, hacer radio. La que toca ese día. Con lo que se cuenta ese día.
De la misma manera, me quedé un poco frío con la última hora de "El Món..." El plantel era inmejorable:
"El Terrat" volvía a hacerse en la radio por una hora. Estaba Buenafuente, "Palomino", Fermí F... Incluso invitaron a Silvia Abril, que ahora está de moda. Pero... no sé. Aquello no estaba del todo preparado. Fue humo. No me aportó nada. Pero luego llegaban los de "La Competència" con el Cuní de invitado-conductor... Y aquello era otra cosa. Radio currada.
Poner la radio de patas arriba para celebrarse a sí misma. Es una forma no postureica, moderna, molona, sorprendente e histórica de celebrar el día de la radio. No se me ocurre mejor manera, ni sé qué se sacaran el año que viene de la manga.
Esto de celebrar el día de la radio... Esto que me parece tan casposo... De repente, mola. Estoy en un plan... que casi cualquier cosa que no sea abrir teléfonos para que una abuelita recuerde radionovelas mientras le hacía un moño apretadísimo a su madre me parece correctísimo. Pero esto que hicieron ayer me pareció genial, una vez más. RAC1 es líder, entre otras muchas cosas, porque tienen capacidad de hacer cosas como las de ayer.
No celebréis ningún día de la radio. Limitaos a comentar lo bien que os lo habéis pasado escuchando tal o cual programa delante de amigos y vecinos. Que se enganchen por sí mismos sin tenerles que dar la lata, y sin que parezca que es una cosa "del pasado". Haced que el día internacional de la radio sea como el día internacional del consumo de la patata, el de consumo de la tele y el día del hombre blanco heterosexual sano y rico: que no haga falta.