Lo poco que he hablado en el blog de la famosa payola.
«La Payola, en la industria de la música, es la práctica ilegal de pago a la radio comercial en la que la canción se presenta como parte de la transmisión del día normal, sin anunciar que se ha pagado en efectivo o en especie por su transmisión al aire en la emisión».
Como comenté en la
entrada sobre consultorías actuales (vamos, mirar los números de YouTube o Spotify para ver qué busca activamente la gente), existió una época en la que, si querías descubrir música, escuchar cualquier cosa que no tuvieras en tu poder de manera física (cintas, discos...) tenías que escuchar la radio y había mucha audiencia cautiva. Las radios ofrecían música y, desde esa posición de poder (no tener opción de cambiar por parte del usuario, sino a otra radio si acaso), podían obligar a que escuchases tal o cual canción aunque fuera regularcilla.
Si los ingresos de la radio musical no venía tanto de dar gusto al oyente sino de dar gusto a las discográficas, las radios van a complacer, sobre todo, a las discográficas. Y sí, en los últimos años las radios musicales a quien quieren complacer es básicamente al oyente. Lo de la payola, sobre todo, tuvo su época dorada en el siglo pasado. No digo que no exista: digo que antes era una cosa loca, y que ahora no es tan sencillo que una radio se pliegue a los intereses de una empresa que está canina.
En tiempos antiguos se machacaba mucho eso de que la música popular era auténtica mierda y que
el gusto musical se modificaba a golpe de muchas escuchas. Un poco como esa tendencia actual de pensar que todo lo que hacemos está determinado por oscuros intereses y que niega de alguna manera nuestros impulsos propios. Así que también existía la creencia de que si se machacaba lo suficiente, una canción horrible podría ser número 1 de manera natural. Y no, todos sabemos que esto no es tan así: que machacar mucho ayuda a que conozcamos las canciones y nos parezcan familiares, pero... Somos muy nuestros.
Todo viene porque subió a Twitter el humorista gráfico Mauro Entrialgo una carta que le venía con un disco. En la carta, el señor de la Belter le mandaba el disco para que lo radiara 3 veces al día, como estaba acordado.
A esto, Juanma Ortega, quizá intentando salvar un poco la cara a la cadena en la que curró tantos años, respondió:
«Las radios que aceptaban payola directa, cerraron todas. Las otras llegaban a acuerdos mucho más grandes que un maletín con billetes. Vivían y viven, de grandes anunciantes. Si rompías la antena por 300, perdías a Coca Cola o El Corte Inglés, y eran 30.000. Historia de la radio». Aquí, entonces, hace como una diferenciación entre payola directa e... ¿indirecta? Y todos sabemos que el acuerdo podría ser tochísimo, pero viendo la lista de Los 40, muchas veces se nota cuando hay canciones misteriosas que no cuadran, entre éxitos y éxitos.
Arturo González-Campos también dijo: «En los 90 directamente la emisora te pasaba un reloj con las canciones que “había que poner”. Los acuerdos se hacían en los despachos y tú despachabas y defendías como podías esos temas reguleros y forzosos». Y claro, vender como grandes canciones cosas que son malísimas...
Ahora las radios están estresadas por saber qué le gusta a los oyentes, ya que dependen fundamentalmente de la publicidad. Las radios son menos potentes (no son el canal único de escuchar música que no tengas en casa) pero sirven más al oyente, o eso intentan. Eso que hemos ganado.
Pero me he puesto a buscar qué era lo que se promocionaba ahí: La canción «Todo de Rebajas» del grupo Lemo. La verdad es que
me puse a buscarlo y... ¡Vaya bodrio! La muerte hecha canción. Y eso, tres veces al día en la radio... La verdad es que, según he visto, este grupo no fue del todo desconocido y se ve que éste fue uno de sus éxitos, que es de 1980. Un horror.
El radiochip de hoy va de la discográfica Belter. En el programa «Discópolis» de Radio 3, en 2011, estuvo López poniendo durante una hora canciones de esta casa... Pero discos raros. Hablaba López de que Belter estaba considerada una especie de casa de discos de la caspa del momento. Pero que había también una parte casi oculta de esta discográfica... Y entre otras cosas, puso una rareza de los Hermanos Calatrava. En serio. Radiochip belter:
Que conste que yo sí conocía la canción de los Hermanos Calatrava de antes... No era tan desconocida. Pero el resto, ni idea. Pero... ¿y eso del grupo de Julián Ruiz? Sí, sí, el Julián Ruiz, Julián Ruiz. Para los curiosos...
Discos Belter empezó su andadura en 1954 y quebró en 1984. Se llamaba así porque las esposas de los creadores se llamaban Isabel y Teresa. Ya veis... En los años 70 esta empresa era la que lo petaba (o una de los que lo petaba), pero en los 80, a saber qué pasaría con toda esa gente que firmara con ellos.