el estado (de ánimo) y el silencio del miedo

Sabéis que una de las gracias del blog es explicar cosas a través de lo que suena por la radio. Y sabéis que durante estos días casi todo en los medios de comunicación gira en torno a Cataluña. Como vivo en Tarragona, digamos que el tema me toca muy de cerca. 

¿Existe algún momento de radio catalana que exprese aproximadamente el estado de ánimo actual? Sí. Ayer mismo, en RAC1. 

Sabéis que he hablado en muchísimas ocasiones de «El Món a RAC1», y unas cuantas también de la tertulia de los lunes, el famoso «Tallat Party». Se trata desde hace años de un rato de tertulia que cuenta con los más parlanchines del programa, los que más juego dan, y con muchas ideologías. Estuvo Marhuenda, está la Rahola, Sardá... Esta tertulia ha dado momentos muy, muy, muy divertidos y muy tensos. Como la vida misma. 

Pero ayer... A ver... ¿Os acordáis de los 7 segundos de tensión que os expliqué el otro día con Bassas y Jordi Évole? Pues más o menos. 

Integrantes: Jordi Basté (obviamente, el jefe), Javier Sardá (el «sociata»), Pilar Rahola (la «nueva convergente»), Antonio Baños (el «jefe cupero»), Joan López Alegre (el «pepero»), Tian Riba y Màrius Carol... que es el director de La Vanguardia, esto es, el director del periódico hermano (o padre) de RAC1.

Rahola comenzaba diciendo que le cansaban las trincheras: que ella quería argumentos, ideas... Pues parece mentira. Empezó la cosa muy simpática y cortés, a pesar de que cada semana los ánimos se van caldeando. Además, todo viene precedido de un abrazo afectuoso entre Sardá y la Rahola la semana anterior, emoción incluida. El rato de radio que os traigo en forma de radiochip del estado creo que representa muy bien eso de que «no pasa nada», que «el pueblo está unido»... pero que luego, a la hora de la verdad, mambo. Empieza con risas el radiochip que me sugirió @callatemanuel:

¿Veis? Pasamos del buen rollo a la ironía que supo hiriente. La Rahola se puso farruca (en el minuto 5 lo escucharéis), y la cosa se puso muy tensa. Luego, todo el mundo se puso a discrepar. A partir del minuto 7 se pusieron a hablar sobre el programa «FAQS» de TV3, que es un programa nuevo (que lleva el de «El Suplement» de Catalunya Ràdio, Ricard Ustrell) que tuvo en el programa a Pablo Iglesias y a la propia Rahola. La cosa se fue liando más... 

Llegamos casi al minuto 9. Rahola y López Alegre se enzarzan. ¿Tensión? Mucha. Basté tuvo que ponerse muy serio y mediar (minuto 10). Tuvo que hacer de profesor en el recreo. Salieron a la luz desencuentros pasados. Fijaos si Basté tuvo que ponerles firmes, que se escucha cómo casi olvida hablar al micrófono y se dirige a ellos directamente. 

Tras ponerles firmes, empezaron los turnos de intervención «sin interrupciones», desde el minuto 14. Es en ese minuto 14 cuando se produce lo más interesante:

El director de La Vanguardia, que no se mete en todos estos rollos de gritar y agitar, se puso a hablar de lo que él pensaba. Se puso a decir en antena qué pensaba de la situación de manera sincera. El propio director de La Vanguardia expresaba en antena los miedos que tenía con la independencia. 

Tan asertivo fue, que de nuevo tuvimos unos cuantos segundos de silencio, en este caso, silencio valorativo. Este silencio, producto del miedo sincero, duró  más de 7 segundos. Muchos más de 7 segundos. El silencio del miedo. 

Después de todo esto, después de este miedo expresado en antena, en el minuto 20, el cupero Baños expresó justo lo contrario. Y la tertulia siguió. En el minuto casi 21, López Alegre le llama «fascista» a Baños, cosa que después la Rahola usa como arma para atizarle de nuevo. En el minuto 25 López Alegre coge el micro y escucharéis despues la enganchada. 

Creo que este programa de Basté, en este sentido, está genial porque refleja perfectamente no sólo las diferentes maneras de pensar del espectro parlamentario, sino que también nos da una medida perfecta del estado de ánimo de cada postura. Es casi un documento que en el futuro podrá explicar perfectamente a la siguiente generación qué se pensaba y sentía justo antes del día de la comparecencia de Puigdemont. Un documento histórico, no por lo que ocurre, sino por lo que explica. 

La radio muchas veces no sólo transmite hechos, grandes momentos, situaciones únicas... También nos explica estados de ánimos, miedos y temores. 

Y al final, como siempre, siempre, Sardá consigue que parezca que nada importante haya ocurrido.