enyaño nuevo

Todo comenzó como una coña, aunque tengo mis dudas de que Guillem Caballé no tuviera ya claro desde el principio en su cabeza que eso iba a triunfar. Porque la idea era buenísima. Música, coñas, año nuevo, hacer algo distinto, hacer el mónguer... Es que tenía que salir sí o sí. 

La coña en diciembre era que si un tuit llegaba a no sé cuántos retuiteos, se proponía hacer un especial Enya el 1 de enero. Porque... ¿Hay algo más adecuado el 1 de enero que caer redondo escuchando esa mierda? No. Es que no lo hay. 

Estoy casi seguro de que el día de Año Nuevo después de comer no me hubiera puesto Los 40 Classic a las 15 h. en punto si no llega a ser que estuviera anunciado el especial de Enya, que en realidad se llama Eithne Ni Bhraonain. 

Anunciaron que se pasarían por ahí Francino, Berto y Buenafuente. Supongo que lo hicieron porque de alguna forma se pensarían que la gente se engancharía... Y sus aportaciones fueron ínfimas y superfluas. Lo realmente guay, lo que yo quería y por lo que realmente valió la pena fue por las chorradas y narraciones que se sacó de la manga Guillem Caballé para la ocasión. Es que si yo me puse el especial de Enya no fue por la risa de escuchar una hora de su música mortal, sino por el clima que iba a crear Guillem de mogollón de gente torturándose mientras él empezaba a meterse con que si no daba nunca conciertos, que si vivía en su castillo...

...Y también con los gags de que si era la música de ascensores, en las consultas de los dentistas... Es que yo me puse la radio por eso. Lo de Joaquín Reyes también me pareció secundario. Fue una hora que podría haber sido más. 

Desde aquí conmino a los jefes de Los 40 Classic a que obliguen a Guillem a que tenga un programa fijo, de frecuencia la que sea, con todas estas músicas que nadie reconoce que las conoce, pero que te las ponen y te suenan enteras, y con sus mierdacas en medio. Porque, como decía un tuitero, ahí estábamos por las mierdas. Y contentos, oye. Que conste que yo pensé que al final no podría hacer esto... Porque ya sabéis la aversión de las radios musicales por hacer nada de nada. 

Radiochip enyano nuevo que me pasó @DiexistaFM: 

Si hubiera sido en directo, hubiera sido la guinda del pastel, porque hubiera dado mucha más sensación de «aquí hemos venido a jugar». 

Luego que si la radio musical esto o aquello... Estoy convencidísimo de que mucha gente estuvimos anteayer una hora escuchando Enya, cosa que no habríamos hecho en total libertad y cordura, de no ser que la radio nos congregó con esperanzas de obtener una hora de Guillem Caballé haciendo lo que mejor sabe: Entretenernos con estas cosas.

El año que viene quiero algo mucho peor. Yo estaré al otro lado.