Que conste que he me he visto dos veces «Paquita Salas», que he visto «La Llamada», he visto «OT» cuando salían... No soy sospechoso de aborrecer a «los Javis», aunque es verdad que hay gente a mi alrededor que está de ellos hasta los pelos. Sí, son muy del cliché, pero bueno, me hacen gracia. Al menos, me hace gracia que para muchas de sus obras se fijan en cosas de mi generación. Eso mola.
Pero dicho esto... Vayamos a lo de la radio.
Desde hace años, la SER ha cambiado su tradicional «Carrusel de Verano», en el que un presentador-animador (un Goyo González, pongamos) solo o acompañado daba paso a las miles de cosas veraniegas y de entretenimiento que podían ocurrir en un verano... en directo. Desde hace años y años, la SER da lata. Este verano ha habido muchos programas: uno de viajes, los típicos de música comentada, el de historia de Nieves Concostrina, que suele basarse en humillar personajes históricos con la visión actual, o el de televisión de Mariola Cubells, que se basa en decir que si ves eso que su (mueva) moral (redimida) no considera, eres un auténtico fascista. Me queda por escuchar aún el de «Cibermillonarios», que me produce curiosidad.
Y luego, entre algún otro, está el programa de Javier Ambrossi (Francisco Javier García de la Camacha Gutiérrez-Ambrossi, que me gusta a mí esto de poner nombres y apellidos enteros). ¿Quién no tiene un amigo con dos apellidos que sean ambos compuestos? Efectivamente, yo tampoco conozco a nadie personalmente con tantos apellidos. Mi nombre tiene más letras que mis dos apellidos sumados. Nunca había reflexionado sobre esto hasta ahora mismo.
Bueno, que me iba por las ramas... La cosa es que el programa de Ambrossi es el típico en el que ponen una pantalla delante para ponerlo en YouTube. Pero tanto viendo el programa en YouTube como escuchándolo por la radio, te das cuenta de lo mismo: que lee. Bueno, él y gente que le acompaña. Queda regulín. Es el típico caso en el que uno se queda pensando: ¿Si no fuera famoso le habrían dado un programa? Es obvio que no. Es también obvio que no es sólo un programa de club de lectura: es un programa en el que están con un determinado rollito con unos determinados referentes... No sé si lo principal es el libro en cuestión. El radiochip de hoy es de un programa:
Es «un club de chicas y maricones», como él mismo dice en el programa. A veces, termina eso en monotema. Y creo que esa es precisamente la gracia del programa. Verdaderamente, lo de los libros es secundario. ¿Qué me ocurre con este programa? Por un lado, que Ambrossi como conductor de un programa... Pues... No. Y por otro lado, da la sensación de que están hablando entre ellos todo el rato y no parece que estén hablando para su audiencia... Como que están hablando para ellos. Al menos, esa sensación me da. Es como si el programa de radio fuera una charla o debate que no está dirigido al oyente sino a ellos mismos. Hay veces (casi todas) en las que están haciendo referencias a cosas que el oyente no pilla, ya sea porque son cosas internas, ya sea porque no se ha leído el libro. Vamos, que me ocurre como en los programas que hacía Alberto Granados, pero aumentado. ¡Que están hablando para los oyentes!
De hecho, en el radiochip de hoy escucharéis que comentan el resumen del libro cuando han pasado ya más de 20 minutos. Lo hace María Barrier quien, sinceramente, parece que está leyendo la redacción que hizo la semana pasada en clase de lengua, pero en 3º ESO, que aún hay mucha gente a la que le cuesta leer o que lee a trompicones y a la que le cuesta bastante entonar. Esto, sinceramente, en una radio como la SER es... a ver... Demasiado. Y claro estás oyendo leer a una persona que si penetraciones, coño, «el gay», «la bollera», y no sé cuántas cosas más, pero leyendo todo eso sin ninguna intención. O sea, es que lee fatal. ¡¡Pero verdaderamente mal!! ¡¡Hola, eso es la SER!! Una cosa es que ahora no haya leer como un locutor de RNE en el año 1953, y otra cosa es pensar que le ha tocado leer a la que suspende Lengua todos los años, pero al final hay remontada épica.
No sé. Critico mucho cuando parece que en la radio sólo pueden hablar periodistas, porque me parece que la radio es mucho más que leer noticias y ser correcto. Soy muy fan... Ah, sí, lo he dicho al principio... De esa gente que sabe hacer radio en directo, que son animados, simpáticos, que no hace falta que hagan noticias, sino que hagan entretenimiento para el personal, sin necesidad de ser periodistas... Estoy seguro de que este programa no hubiera salido al aire si el presentador no fuera Ambrossi. Seguiré viendo las series que hagan, que las disfruto, pero este programa de radio es un bodrio monotemático. Alguien tenía que decirlo.
A los Javis probablemente les acabe pasando como a su admirado Almodóvar: mucho talento para captar el sentimiento de la calle al principio, y progresivo endiosamiento y aislamiento de la realidad hasta hacer obras que no le interesan a casi nadie, aunque siguen teniendo la marca de la casa.
ResponderEliminarPaquita Salas es maravillosa, y La llamada está muy bien. Pero es difícil triunfar tanto y que no se te vaya la olla. Amenábar es otro que triunfó demasiado y luego perdió el punch, supongo que cuando dejó de vivir en un piso de Malasaña con sus amigos (hay que oír el podcast de Los otros, aunque don Pacman no hable de él porque es podcast).
Bueno, se mudó a un piso que está a 5 minutos andando de Malasaña, así que no será por eso... El podcast de Juan Sanguino sobre el rodaje de Los Otros está genial.
Eliminarhttps://nitter.net/radiochips/status/1953159030613889411#m
ResponderEliminarEl problema de esto, y de poner vídeos sin auriculares, es que lo hace todo el mundo, no solo los malotes. Cuando es una señora inofensiva, a veces lo que hago es ponerme al lado y poner yo mismo la radio, para molestar. Cuando es un malote, me quedo en mi sitio y pongo la radio. Podríamos hacer todos lo mismo, a ver qué pasa. Es como cuando aquí viene uno insultando, pues lo mínimo es insultar también, a ver qué pasa.
Pregunta: cuando ese presentador-animador daba paso a cosas... ¿Serían latas también no?
ResponderEliminarAlgunos programas de verano son malos
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